viernes, 28 de marzo de 2008

Primeros pasos de Oveun Nauj


El cine es esa cosa que hacía un señor llamado John Ford y cuyas técnicas usaron después otros para grabar imágenes en movimiento- Oveun Nauj (Filósofo diletante)
Comenzamos con esta entrada el comentario de la obra del filósofo-diletante, (como él siempre se definió), Oveun Nauj, una mezcla de francés, semita y español, y que, pese a su nombre que evoca alguna exótica lengua, siempre se tuvo a sí mismo por un apátrida con pasaporte español.
Su vida fue breve.Nacido en algún lugar de Europa que siempre mantuvo en secreto, y que probablemente fue algún país del sur, dado que la mayor parte de su obra se encuentra en lenguas romances, con las que parecía encontrase más cómodo, sabemos de él sin duda que su muerte acaecida hace un año, a comienzos del siglo veintiuno, se produjo antes de cumplir los cuarenta años. No obstante dejó un interesante material en forma de diarios, papeles sueltos y artículos inéditos, que sólo ahora comenzamos a conocer.
La forma fragmentaria en la que encontramos sus pensamientos, y la falta de método, que nos hace pensar en un segundo Blaise Pascal, nos obliga a realizar una reconstrucción cuidadosa. A la hora de ordenarlos, es importante observar los temas sobre los que escribía, que reflejan sin lugar a dudas las obsesiones que le habitaban en ese momento de su vida. A partir de ellos podemos establecer una cronología, bien que aproximada.
En su breve vida fue un asíduo casi siario de bares, tabernas y tertulias, por lo que muchos de sus pensamientos nos han llegado por medio de personas que se los escucharon y los pusieron por escrito, y que colaboran en esta recopilación. Al final de su vida, destruido ya por los excesos alcohólicos y de todo tipo de drogas, se limitóa morir sin dejar nada dispuesto sobre sus posesiones y sin desvelar los escritos que guardaban. Sin la colaboración de su última amante habitual - siempre sintió la necesidad de compañía a su lado, y se enamoró en su corta vida más de un centenar de veces- nunca hubieran visto la luz sus ideas.
Como iremos desvelando se tratan de ideas sobre cine, música, filosofía y algún delirio alucinado, en el que intentó aprehender una realidad que se le antojaba caótica. Quienes le conocieron le definen como un gran conversador, con opiniones extravagantes en un primer momento, pero que tra una digestión lenta, les revelaban nuevos e insólitos modos dever la realidad.
Él, que nunca trabajó en nada concreto y fue saltando de oficio en oficio con una facilidad pasmosa, sin embargo fue una persona tremendamente inquieta, y que se dejó llevar siempre por grandes pasiones. Su actividad fue inmensa e inconexa.
Se conoce con seguridad que estudió durnate los años ochenta, y que llegó a licenciarse en Física y Matemática. Su vida laboral sin embargo fue extraña, y así en el año 82 sabemos que probó suerte como boxeador profesional y como actor ( nos queda alguna particiapción suya en películas de Philip Schlessinger, David Frontahead, y Jean- Baptiste Tribout). No obstante, terminados sus estudios, se dedicó un tiempo al transporte por carretera, realizando rutas en camión desde Estambul hasta Madrid, Varsovia, Praga o Moscú. Esto le dio la oportunidad de conocer bien todas esas ciudades, y, digámoslo sin tapujos, emborracharse hasta el desmayo en todas ellas y bastantes más, así como dejar un reguero de amantes en toda Europa, imposible de rastrear.
Posteriormente fue ayudante de producción en publicidad, guía de montaña y creó una empresa de venta por internet, que fue pionera en su momento y le dejaría después en la ruina más absoluta. Obligado a trabajar duro, anduvo por España, Portugal, Inglaterra y Alemania como carpintero, albañil o soldador, aunque sólo aguantó en cada uno de estos oficios el tiempo justo para aprenderlos. En los últimos años de su vida se dedicó a gastar dinero en grandes cantidades, instalado en la ciudad de Madrid, sin que nadie supiera de dónde sacaba el dinero, aunque es probable que trapicheara con cocaína, o se dedicara a pequeños delitos. En cualquier caso, ninguna de laspersonas que le acompañaron durante su descenso definitivo puede afirmar nada con seguridad.
Una de sus grandes pasiones fue el cine, y en él, los personajes y las películas de John Ford. La frase que citamos como comienzo de este estudio, se encuentra al comienzo de un cuaderno lleno de reflexiones que le suscitaba el cine que consumía sin medida (patrón que siguió en cuanta actividad estuvo metido).
Podríamos decir que los dioses se lo llevaron oven por ser querido, pero él nunca creyó en ningún dios ni patria, ni ideología. Para no traicionarle, traemos hoy a colación y en su memoria una de sus películas favoritas, "My darling Clementine", y uno de los momentos que más le gustaban, hasta el punto de repetir la escena memorizada en muchas de sus borracheras. "Mac, has estado alguna vez enamorado?" "No, señor, yo siempre he sido camarero". En cambio Oveun, estuvo enamorado muchas veces, aunque lo más probable es que sólo el último año desu vida lo estuviera de verdad, con lo que pudo disfrutar al final de algo que siempre anheló, como el gran romántico que fue.